martes, septiembre 30, 2014

Fotografiar la luz

Durante estos años de aprendizaje de fotografía he conseguido entender que finalmente un fotógrafo intenta capturar la luz de una escena.

Técnicamente esto es bastante mecánico y por tanto sencillo, lo difícil viene después cuando intentas que tu fotografía transmita algo, pero de eso hablaré en un próximo post.

Controlar la cantidad de luz que entra en tu cámara para que sea plasmada en la película o el sensor es cuestión de controlar tres variables: sensibilidad ISO, apertura de diafragma y velocidad de obturación.



Estas variables están relacionadas unas con otras de forma bastante directa; para una misma apertura de diafragma y velocidad de obturación, cada aumento de paso ISO hace que entre el doble de luz en la cámara, para una misma ISO y apertura de diafragma, cada aumento de paso en la velocidad de obturación hace que entre la mitad de luz en la cámara, y para una misma ISO y velocidad de obturación, cada aumento en la apertura de diafragma hace que entre el doble de luz en la cámara.

Igual que al aumentar estas variables obtenemos el doble o mitad de luz, lo mismo ocurre al disminuirlas pero al revés; mitad o doble de luz, respectivamente.

Por todo esto deducimos fácilmente que hay muchas combinaciones de estos parámetros que producen una exposición correcta de la fotografía, es decir, hay muchos tríos de valores ISO, apertura y velocidad de obturación que corresponden con una cantidad óptima de luz dentro de la cámara.



Para conocer la cantidad de luz en una escena que queremos fotografiar disponemos de varias herramientas:

  • la experiencia, ese saber intangible del experto que se parece mucho al diablo; sabe más por viejo que por diablo.
  • el exposímetro de la cámara, del cual debes fiarte menos que del diablo (ya lo comentaré más adelante)
  • un fotómetro tradicional
Sea cual sea la herramienta que utilices para medir la luz de una escena, en la fotografía digital actual hay un testigo objetivo que nunca te va a mentir: el histograma.



Si el histograma indica que hay suficientes píxeles de información en cada nivel dentro del rango dinámico de la cámara, entonces la exposición es correcta.

En función del efecto dramático que queramos imprimir a la imagen tiraremos el histograma hacia la derecha o la izquierda si queremos hacer una clave alta o baja, aunque mi preferencia es derechear el histograma por defecto.

Dado un trío de valores que da una exposición correcta, pasar a cualquier otro trío válido es tan sencillo como seguir la regla de los dobles o mitades, según se trate de ISO, apertura o velocidad de obturación.

Técnicamente es tan sencillo como esto, artística o emocionalmente es tan difícil como saber elegir el trío adecuado que transmita al observador aquello que te llevó a inmortalizar ese momento haciendo esa fotografía.

Dependiendo de la sensibilidad ISO añadirás más o menos grano o ruido a la foto, la apertura incide directamente sobre la profundidad de campo obtenida, y la velocidad de obturación te permitirá dar dinamismo a tus imágenes.

De como influyen estos factores en las imágenes obtenidas seguiremos hablando en próximos post.

Un saludo,

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