Mi primer viaje a Tenerife fué allá por el año 1996. Una de las excursiones que hicimos en aquella ocasión es aún una de las que mejores recuerdos me trae; las curvas de Taganana.
Taganana es un plueblecito encantador al noreste de la isla, entre la cordillera de las Mercedes y la playa del Roque.
La excursión se inicia desde lo alto de la cordillera, donde te deja la guagua. Allí arriba sólo hay nubes. Nubes que suben por la cara sur de la cordillera y te mojan de arriba a abajo, por ello es recomendable el chubasquero al inicio de la excursión.
Por delante quedan 500 metros en vertical hasta la playa en cuyo descenso se atraviesa un bosque de laurisilva.
En el interior del bosque la temperatura es idónea para pasear, pero la humedad es extremadamente elevada.
Poco a poco la vegetación se hace más frondosa y la iluminación baja creando un ambiente un tanto inquietante.
El silencio te envuelve y sientes como si hubieses retrocedido 20 millones de años y te encontraras en pleno período Terciario. Los helechos te rodean y los líquenes cubren los troncos de los árboles.
Tras unas dos horas de paseo por el interior del bosque por fín alcanzamos a tener una vista general del mismo desde abajo. Hasta ahora habíamos caminado entre las nubes, ahora ya se ve Taganana.
Suspiras con alivio, pero lo que has sentido en el interior del bosque sabes que no lo olvidarás.
Al llegar al pueblo paramos en un bar a tomar un delicioso queso de cabra regado con vino de la tierra. Ni en el mejor restaurante repetiré esa experiencia.
Ya en la playa pudimos observar las bombas arrojadas por el Teide en su última erupción; enormes bolas de gas y roca fundida, de un tamaño muy considerable y a una distancia tal del Teide, que sólo imaginar la violencia de la erupción te hace estremecer.
La playa es de las típicas en Tenerife; muchas piedras, arena volcánica negra y aguas frías. (ay! que esto no es el Mediterráneo!!)
Tras las horas de marcha y las intensas sensaciones vividas se agradece un descanso en la playa antes de volver a casa en guagua.
Si vais a Tenerife y tenéis ocasión de pasear por Taganana, esta es una ruta poco conocida y muy bella. Desde aquí os invito a no perderos esas sensaciones.
Un saludo.
martes, agosto 14, 2007
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3 comentarios:
¡Qué bonito!
A ver si puedo ir algún día.
Ánimo Tarta,
Si puedes ir a las islas aprovecha, porque no todo es playa y "turismo".
Un abrazo,
nosotros estuvimos hace 14 años, lo recomiendo
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